30 noviembre, 2008

Tercer amanecer

Mi cuarto está frío, principalmente porque estos dos días he cerrado las puertas de madera que lo dividen con el resto de la casa, y el aire de la calefacción no logra entrar. Ya está abierta la puerta; que entre el calor. Los pajaritos comienzan a despertarte allá afuera. Este es el primer amanecer que tomo desde el principio. Vale la pena levantarse más temprano, pues los días tienen tan poco tiempo de luz que hay que aprovecharla toda. A las 5 ya está oscuro. "Las cinco de la noche", me sigue sorprendiendo. Todo sigue esa filosofía aquí: "hay que aprovecharlo", desde las cosas más sencillas (espacio, productos reciclables), como cosas más complejas, como el tiempo, como la vida. Ese aprovechar entonces significa ha/ser lo mejor en la vida. El placer de tratar bien a los demás, de ser amable, de dar y recibir una sonrisa. El ambiente es un poco gris a ratos, principalmente porque gran parte del día está nublado, chispea un poco, pero aún queda el color rojizo de las hojas de los árboles. Da alegría ese color. Es un rojo intenso. Cuando sale el sol, por ratitos las ilumina muy feliz. No sé si se van a caer.

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