Es tan evidente
que el que piensa, piensa,
y el que siente, siente,
que no te das cuenta
de que no se piensa cuando no se siente
como no se siente cuando no se piensa
y el que siente, siente,
que no te das cuenta
de que no se piensa cuando no se siente
como no se siente cuando no se piensa
Tomado del blog de Francisco Arias Solís
No hay mayor soledad que la del náufrago en una isla desierta, y así se siente quien posee un precioso lenguaje y nadie más lo comprende. Gregori Perelman comprende y habla un lenguaje especial, pero no encuentra interlocutor con el que pueda entenderse. Está en absoluta soledad.
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